Tengo la facilidad
de conectar sucesos, personas y momentos con alguna canción. No es algo de
presumir, pero así sucede. Y en este caso en particular, una mujer que no
recuerdo ni su nombre tiene su recuerdo asegurado hasta el último de mis días.
Fue hace
alrededor de 6 años. Unos amigos me invitaron a un bar y yo acepté. Lo que no
me habían dicho es que al parecer se trataba de una cita de tres. Lo explico:
uno iba con su novia, el otro iba para querer ligarse a la amiga de la novia y
al parecer había una tercera acompañante que no estaba incluida en primer
termino, por lo que decidieron buscar un tercer acompañante y si, ahí entro yo.
Al llegar, veo
que todos se saludan, lo que me dio a entender que ya habían salido en una ocasión
anterior. Y de repente, me presentan a esta muchacha. De estatura baja,
delgada, morena clara, con el cabello suelto. Nada mi tipo. Pero bueno, la
saludo y me presento para después comenzar la plática entre los seis. Palomitas
y cerveza en la mesa. Todo muy ameno.
Al paso de los
minutos, las parejas comenzaron a formarse. Quedo frente a esta muchacha. Tras
unos minutos de hablar de nada, me hace la siguiente pregunta: “¿Te gusta
Cerati?” De haber sabido la respuesta, me hubiera quedado callado. “Si”,
contesté.
A partir de ahí,
la mujer se transformó y comenzó a hablarme de cientos de teorías sobre las
letras de Gustavo y las interpretaciones que le daba. Yo escuchaba callado y
asentía con la cabeza. Después, vinieron las preguntas que siguen retumbando mi
cabeza: “¿Has escuchado Karaoke? ¿Te gusta? ¿Tú que crees que quiera decir? ¿La
has analizado?”. Sinceramente no contesté nada… Y ahí quedó todo. Tras unas
horas cada quien se fue por su lado
Lo curioso de
esto, es que cada vez que escucho en el radio o en mis listas de reproducción los
primeros acordes de Karaoke, lo primero que se me viene a la mente es esta
mujer cuestionándome si me gusta la canción y qué significado le encuentro.