24 de marzo de 2013

Carta a M. (2da Parte)

Al escuchar esas 4 palabras esa rara noche de domingo mi cabeza y mi mente, junto con mis pensamientos y sentimientos se fueron al carajo. Era algo que hasta cierto punto esperaba, dado lo complicado y enfermizo de la situación que atravesabas. Tengo que admitirlo, no pensé que fuera tan rápido... Ni que fuera así de fuerte. Apenas hace casi 3 semanas que nuestra relación acaba y pasa esto. Bueno, ya no tienes responsabilidad conmigo, pero duele. 

Había y hay un porqué que aún no sé contestar... 
El idear, recrear una escena imaginaria una y otra vez en mi cabeza, el saber porqués y cómos, el querer comprender cada detalle, cada imagen, cada palabra, cada exclamación y establecer un mapa cronológico fueron una constante las siguientes 24 horas. Muchísimas cosas pasaron por mi cabeza, acciones a realizar, palabras que decir, determinaciones fuertes que consideré viables y adecuadas en el momento... 

Pero después de un largo proceso de análisis decidí dejar todo lo anterior a un lado, todo hecho pasado atrás y enfocarme en lo importante. ¿Qué es eso "importante"? El hoy, mi presente, mi realidad ante una situación dolorosa y las acciones que debía de tomar para sobrellevarlas y que no fueran una lápida sobre mis espaldas. La acción fundamental: Dejar el pasado atrás. Punto. Que el pasado no intervenga en mi presente y que éste no altere mi futuro. 

Un error lo comete cualquiera. Somos humanos, la imperfección es una constante en nuestro actuar. Perder a una persona importante como tú sólo por un error que cometiste se me hace una de las decisiones más estúpidas e inmaduras que una persona adulta pueda cometer. No somos nadie para juzgar. Hay que seguir adelante. Como me llegaron a mencionar algunos años atrás: "Un desastre es un huracán". La vida sigue. Y lo repito, hay que seguir hacia adelante. Para atrás ni para tomar impulso. 

Con el paso de los días, después de conversaciones largas y ricas en contenido, llegué a la conclusión de que, ésta etapa complicada que vivo es aún más difícil de sobrellevar teniendo en consideración mi desempleo, mi escasez de dinero, mi sentimiento de hartazgo, mi situación en casa, y la desesperación que he llegado a experimentar estas últimas semanas al no saber separar cada una de estos "problemas" y entender que todo es pasajero, y que las cosas van a restablecerse cuando menos me lo espere, y que no gano nada frustrándome de esa manera. 

Hace unos días, justo cuando ese pensamiento expresado en el párrafo anterior estaba latente, tuve una corta conversación contigo, donde te expresaba y saqué, por vez primera, ese sentir acumulado; y curioso ver que la misma necesidad, la veo presente en ti: 

M -Hoy estoy muy depre… 
O -¿Y qué ganas con deprimirte? 
O -Simplemente estás entrando en un círculo vicioso, donde el estar dando vueltas a cosas y pensar y pensar y pensar, pues la verdad no ayuda, no hay beneficio, y si alguien sale lastimado, mi pequeña compañera, no es nadie más que tú. 
M -Ocupo trabajo, estar ocupada en algo 
O -Ya somos 2, créeme que yo también ocupo el despejarme y distraerme de lo que me está pasando. El mantenerme ocupado y alejado de la cotidianidad es indispensable, y más en momentos de quiebre, o donde lo más sano para curar malestares es eso. Estar ocupado. Sacando provecho, aprendiendo. Sé que justo en estos momentos es inevitable pensar. O deprimirse. O agüitarse. Pero no hay de otra morra. Es lo que nos toca vivir. Y el dejar que nuestros pensamientos nos absorban es lo peor que se puede hacer. Tanto tú con tus broncas, como yo con las mías. Lo más sano que podría pasar ahorita, es, innegablemente, tener un trabajo para mantenernos atentos a otra cosa. Pero hoy, no es así. Entonces... Al menos yo, no voy a dejar que las circunstancias me abracen y me coman. No gano nada con entristecerme o deprimirme. Porque a fin de cuentas, al final del día el jodido voy a ser yo. Así que tengo que ayudarme poquito, de alguna u otra manera. 

Siguen pasando los días, y la decisión que tomé va tomando forma. No te voy a negar que me duele y me frustra verte con esa necesidad masoquista de seguir atada a alguien que ejerce tanta influencia en ti, que te he repetido en infinidad de ocasiones que solamente te hace mal, que me enoja ver el dominio que tiene de tu persona, que maneja tu vida a placer, tiene los hilos de tu vida en sus manos y no te decides a tomar el control, me da coraje ver como no puedes y no quieres deshacerte de esa escoria, que sólo envenena tu vida y te hace sufrir. Pero en fin, tú sabes bien las decisiones que tomas en tu vida, sólo espero que todo lo que hagas sea para bien. Y lo deseo de corazón. 

Hoy fue un día difícil. Esas barreras y esas ideas que estoy haciendo parte de mi, se cayeron. Y así, sin pensarlo, sin avisar, llegan los recuerdos de golpe y me sorprendo queriendo escapar de mi. De esas veces que los pensamientos en la cabeza bajan al estómago y lo revuelven, suben al corazón y lo joden, y regresan a la cabeza, y así comienza a correr un círculo vicioso que no hace bien. Por momentos me sentí como ese primer día de reflexiones sin beneficio. Y también comprendí, que no estoy ganando nada con esto, pero hasta cierto punto, es inevitable, por lo latente. Por ahí se acuñó la siguiente frase: "El destino es como si fuera una puta de paso... Es decir, es pasajero". Muy obvia, pero interesante. Nada es eterno, en este caso, este sentir no durará por siempre... 

Yo quiero mantenerte conmigo, como amiga, como la persona valiosa e importante que eres para mi. Lamentablemente nuestra relación de pareja acabó. Me duele, pero de a poquito lo estoy aceptando. Quizá lo ideal sería alejarme y vivir mi duelo, pero creo que soy lo suficientemente maduro para poder llevar ese rol. No me pidas que cambie de golpe y porrazo, porque, como te he mencionado, todo se va a ir dando gradualmente. Paso a paso. Y estamos en la dirección adecuada para cumplir esa meta. 

Que si todavía te amo, eso no lo dudes. 

Puedo decir, que el amor que yo siento por ti, no se compara con lo que tú sientes por mi. Aunque te enojes, así lo siento. 

Que quiero lo mejor para ti, tampoco lo dudes. 

Que extraño el vivir y pasar los días junto a ti. Ah caray! Eso va a ser lo más complicado de superar. Tanto bonito recuerdo. Y tantos bellos momentos... Carajo! 

Te amo. Buenas noches...

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