19 de febrero de 2011

Historias de Madrugada 5

Fue un 15 de enero. Pasó exactamente un mes desde la última vez que la vio, y 28 días desde la última vez que tuvo contacto con ella. En ese tiempo, el enojo, desesperación, o cualquier otro sentimiento frustrante hizo aparición constante. Se hartó de respuestas ambiguas, actitudes cambiantes, conductas errantes. No estaba acostumbrado a eso. Quiso entenderla, haciendo una lista de las tantas cosas que pudieron pasar por su cabeza y que la hacían comportarse así. Pero al final, la única opción que determino tomar el protagonista de la historia fue alejarse. Distanciarse de todo y todos. Dedicarse unas cuantas semanas a su persona. No quería seguir dándole vueltas al asunto.

Pero en todo ese tiempo no pudo evitar una cosa. Una simple y llana cosita. Pensar en ella. Podría ser mucho el malestar o la confusión, pero todo eso sólo reafirmaba lo que el ya sentía de tiempo atrás, ella era… La que un día de fines de verano logro captar su atención, la que extrañamente le movió el mundo cuando menos lo esperaba. Aquella persona que por primera vez en mucho tiempo lo estaba orillando a actuar, a decir, “pronto lo haré”… Oh sorpresa. He aquí el punto importante. Aún no lo hacia…

Y en su distanciamiento, entendió que hacia falta enfrentarla. Decirle a ciencia cierta que pasaba por su cabeza, y tal vez así, poder saber lo que ocurría con ella, sus pensamientos, sentimientos o lo que sea. Una respuesta. Obtener algo. Sólo eso. Y acabar de una vez por todas con las especulaciones.

Y así, por más extraño que parezca, el 15 de febrero, exactamente al mes volvió a saber de ella, volvió a tener alguna señal. Aún no sabe si ese auto distanciamiento logro afectar o causar algo en ella; pero, hubo un avance. Se aclararon puntos. Otros quedaron todavía inciertos.

No sé aún si después de ese día mi protagonista obtuvo la respuesta que quería, quizá quedo igual o peor que hace un mes. Pero puedo decir algo. Ahora menos que nunca, se dará por vencido. Luchara. Hasta agotar todas las instancias posibles. Sabe que existe algo; porque ese día lo sintió, lo palpó, lo vio. Es real. 100% seguro. Así de sencillo. Ahora sólo le queda seguir, no cejar en su búsqueda de esa felicidad, que entiende, puede tener con ella. Ya dio el primer paso. Veremos que depara el resto del camino…

11 de febrero de 2011

8 de febrero de 2011

Bitácora de un día en el trabajo

- Entre a las 6 de la tarde… Me espera un día largo.

- Eso de estar decorando nomás no es lo mío.

- Fue un día bastante aburrido. No se compara a todo el movimiento que hubo ayer.

- Se supone que tengo que hacer 5 encuestas por día. Hice 10.

- Carl’s Jr. y Starbucks se están convirtiendo en mi fuente de alimentos. Eso de caminar trajeado por unos tacos a las 10/11 de la noche creo que no me convence. Así que las transnacionales me alimentan esta semana.

- La imagen de un tipo sólo con un “café mocha” afuera de Starbucks no creo que haya sido una bastante agradable o feliz. Lo que puedo decir a mi favor, es que prefiero eso a estar en mi hora de comida metido o encerrado en el comedor del trabajo. El aire fresco es lo mío.

- Platica afuera de Starbucks: 2 fresas mal tripeando a sus compas fresas porque se pasan de fresas. “Hay que ser humildes”, dice uno. Válgame, empiezo a extrañar los cafés de casa o de locales no tan superfluos.

- 2 horas y media de estar parado me terminaron de moler los pies.

- Siguen las platicas “previniéndome” de ciertas personas del trabajo. Me caga estar en esa situación, dedíquense a otra cosa gente!!

- Me ofrecen participar en la organización/publicidad de un evento. Quizá mi verbo o la platica que tengo esta rindiendo frutos rápidamente. El proyecto no es muy “Oscar”, pero no puedo negar que es interesante y tiene una visión a lo grande que me convence. Todo esto en mi ultima hora de trabajo.

- Un taxista con canciones de hip hop chicanas a todo volumen a las 2 am. Priceless!

- Son las 3:07 am y tengo hambre y no tengo sueño. Ahora si, mi reloj biológico se esta yendo al carajo. Cambio y fuera!

5 de febrero de 2011

Las acústicas de Incubus...

Tienen algo que me hace querer escucharlas a diario... Ver (mejor dicho, escuchar) como cambian diametralmente la forma de las canciones, haciendo que "A Certain Shade of Green" pase de una versión cuasi-metal a algo más relax, en verdad me impresiona. Ver como "Summer Romance"cobra ese matiz es interesante, aún cuando las formas de la canción no cambian drasticamente. Todo esto, sólo demostrando la calidad de los músicos de la banda. Y aparte, la voz de Brandon Boyd acompañando todo esto que menciono, hacen la mezcla perfecta. Aquí se las dejo:




2 de febrero de 2011

Filofobia

Se define como un persistente, anormal e injustificado miedo al amor, a enamorarse o a estar enamorado.
Se trata de una condición que afecta profundamente la vida de quienes la padecen, debido a que los filofóbicos sufren mucho puesto que no pueden enamorarse. El origen del trastorno suele estar en traumas infantiles relacionados con la familia o el entorno afectivo que generaron en complejos de inferioridad. Los que padecen de esta fobia suelen comportarse de alguna de las siguientes maneras: eligiendo relaciones imposibles donde nunca podrá enamorarse, eligiendo hombres o mujeres que terminarán dejándolo para así evitar el enamoramiento, huyendo de alguien que se haya enamorado de ellos buscándole defectos inexistentes.
La única manera de enfrentarse a esta condición es mediante la paciencia y la negación...