27 de septiembre de 2013

De M a Mc...

Casi dos meses sin pararme por acá... Y mi vida tomó un rumbo muy interesante. 

Lo puedo resumir en lo siguiente: A la M que ocupaba mi corazón, hay que agregarle una c. 

Mc. 

Después de durar varios meses torturándome con preguntas innecesarias, lamentándome por cómo habían sucedido las cosas con M; y sobretodo, después de ese escrito revelador de principios de agosto, me sorprende de manera grata cómo las cosas se me van acomodando.

Conocí a Mc en el trabajo. No lo voy a negar. La primera vez que la vi, me pareció muy atractiva. Recordé que en mi etapa universitaria había compartido alguna clase con ella. Con el paso de los días y semanas, comenzamos a platicar mucho. Los últimos embates del huracán M golpeaban mi vida. Ella, pues llevaba poco tiempo de haber empezado una relación. 

Pasaron las semanas y me di cuenta que mi cabeza ya no estaba pensando en el pasado. Mi mente se estaba involucrando en el presente. Y ese presente, tenía un rostro con unos impresionantes ojos verdes. 

Continué compartiendo tiempo con ella, y noté que era una persona diferente a mi. 
Carajo! ¿Cómo alguien como ella volteará a ver a una persona como yo? Pero en fin... Por primera vez en mi vida, ese refrán o dicho o lo que sea, que dice "No hay peor lucha que la que no se hace" se volvió un verbo, una forma de vida. "Vamos a intentarlo, vamos a ver qué sucede", me dije. 

Pero había algo que me frenaba. Su novio. 
Un domingo salimos, junto con un compañero de trabajo. Y después de unas horas, nos quedamos solos. Reconocí que el estar con ella me ponía contento. Ese freno que mencionaba líneas arriba me estaba dejando de importar. Tres días después de esa salida, mientras platicábamos por mensajes, me suelta la siguiente frase: "Acabo de terminar con mi novio". Admito que una sonrisa se dibujó en mi cara.  

Siguieron pasando los días y la relación con ella creció. Sin darme cuenta comenzamos a salir. Sentí que Mc se involucraba conmigo, sentí que comenzaba a nacer algo. Nunca me convencí de esos pensamientos, pero la esperanza de que fuera cierto me daba fuerzas para continuar el día a día.

No entraré en más detalles. Pero hoy, Mc y yo estamos en una etapa de reconocimiento. Dejando que las cosas fluyan y tomen el curso que tengan que tomar. Hemos hablado de nosotros. Hemos reconocido nuestros sentimientos. He tenido la fortuna de besarla. Ha cambiado mi perspectiva, honestamente...

Siendo sincero, no sé que rumbo tomará esta relación. De lo que si estoy seguro, es que el agradecimiento eterno estará, sobre todo por sacar a este pequeño saltamontes del hoyo en el que estaba y demostrarle que la vida siempre tiene mejores cosas esperando por uno.

Mc regresó la sonrisa a mi cara. 

Cambio y fuera.